En el corazón de Tajamar, un proyecto está tomando forma con la determinación de fusionar la pasión por la Fórmula 1 con la sostenibilidad y la innovación tecnológica. GreenPower se erige como un ambicioso proyecto que no solo aspira a competir en el ámbito de las carreras de coches, sino que también busca revolucionar el paradigma de la movilidad sostenible. Y es Nicolás Camaño, alumno del colegio entusiasta y apasionado, quien comparte su experiencia y expectativas sobre este emocionante proyecto.

«GreenPower es un proyecto muy a lo grande«, expresa Nicolás Camaño, cuya motivación para unirse se enraíza en su profunda afición por la Fórmula 1 y su admiración hacia el ícono de las pistas, Fernando Alonso. «Me apunté a este proyecto por mi afición a la Fórmula 1 y a Fernando Alonso«, confiesa con una sonrisa.

Lo que verdaderamente cautiva a Nicolás sobre el proyecto no es solo la adrenalina de las carreras, sino la fusión de facetas que lo conforman. «Este proyecto me encanta por todas sus facetas: la aerodinámica del coche, el motor y cómo vamos a hacer las transmisiones de energía«, enfatiza con entusiasmo.

El rugido de los motores encuentra su eco en las aulas, donde la emoción se entrelaza con el aprendizaje en un proyecto que despierta la curiosidad y el ingenio de cada estudiante. El objetivo de esta actividad es claro y apasionante: construir un coche junto a los compañeros para luego competir contra otros colegios, clubes y equipos similares. Pero este no es un coche común; es un vehículo gestado desde cero por ellos mismos, desde su concepción hasta su conducción en las pistas de competición.

En este desafiante emprendimiento, el conocimiento es la gasolina que impulsa cada giro de llave y cada avance en la pista. Los alumnos se sumergen en un mundo de aprendizaje multidisciplinario, donde la física, la electrónica, la mecánica y otras áreas del saber se entrelazan para dar forma a su creación.

El enfoque no se limita a ensamblar piezas; es una inmersión total en los fundamentos. Se les enseñan los principios de la física que rigen el movimiento, la electrónica que potencia su rendimiento y la mecánica que hace posible cada movimiento preciso. Es un viaje que trasciende las páginas de los libros y se materializa en el taller, donde cada concepto se convierte en un componente tangible del coche que están construyendo.

La esencia de este proyecto radica en empoderar a los estudiantes. Se les dota de las herramientas y el conocimiento necesarios para diseñar, montar y, lo más importante, mejorar constantemente su creación. Cada ajuste, cada cambio, es una oportunidad para aplicar lo aprendido y evolucionar su máquina sobre ruedas.

Pero la travesía no culmina en el taller. Estos mismos estudiantes, artífices de su creación, se convertirán en los conductores de sus propios diseños. La conexión entre constructor y conductor añade una capa adicional de compromiso y entendimiento, llevando la experiencia más allá de la pura competición.

Así, el ruido de los motores en las pistas será el testimonio palpable de un viaje educativo transformador. Un viaje que no solo construye coches, sino que también construye conocimiento, pasión por la ciencia y un espíritu de superación que perdurará mucho más allá de la línea de meta.